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La poesía combativa hebrea en el medio siglo anterior a la fundación del Estado de Israel- por Ing. Moshé Dayan


Aquí hay un canto a las armas y a la rebelión, claro y contundente. El poeta llama a la lucha por la libertad y la redención, aún a los héroes ya sepultados en el poema:

Ultimo deseo

Si en mis vagancias en el extranjero
de repente caigo y me agoto,
llevad, hermanos míos, mis huesos
a la tierra de mis padres,
a la cima de la montaña
al lado de una aldea, mirando al este
dispongan el lugar para mi eterno reposo.
Plantad allí palmeras y cultivad rosales
Poned un verde cerco de viñas salvajes,
Que allí vuelen aves y pequeños querubines,
Y que a escondidas mantengan amores.
Que sobre mi tumba se plante un sauce solitario
Del cual cuelgue un violín con cuerdas de oro,
Y cuando el viento agite las cuerdas
Se oigan mis nostalgias y mis quebrantos
Muchachos y muchachas, hijos de mis sueños
Vendrán y cantarán mis tristes canciones
Y en silencio colocarán sobre mi tumba
Hojas de laurel y flores perennes.
De noche, de noche con la tercera vigilia
Cuando un viento madrugador
Salga a pasear por las montañas
Subirá con él, volando, una voz silenciosa:
Mi alma, flotando sobre campos y aldeas
Vuela, extiende sus sueños sobre carpas tranquilas
Sobre almohadas donde aún duermen
Agitará el rocío las canciones
Con los últimos resplandores de las altas estrellas
Con los primeros cantos de los pájaros
Y cuando el clarín llme a la libertad y a la redención
Reinará el furor en la tierra y el ruído de los sables
Y todos los héroes judíos, que reposan bajo tierra
Se levantarán para luchar por la tierra de los padres
Entonces también yo tomaré rápido mi violín
Me cubriré con el fuego de mi ira
Y con mi cólera iré al combate.
Frente mío estará mi canto de libertad
Y le responderá el rugido de mis luchadores

Terminaremos con las obras de Yaacov Cahan con algo que más que una poesía parece un capítulo de alguno de los grandes profetas de Israel, ya que comienza con las palabras que el Señor hace decir a algunos profetas: Y fué la palabra del Señor a mí diciendo. También esta poesía habla de una generación de hierro y de cobre. He aquí su texto:

Aléjate de este pueblo.

Y fué la palabra del Señor a mí diciendo:
Aléjate de este pueblo y no le agregues dolor.

Sostiénete del primer viento que yo te enviaré
Y vuela hacia donde te lleve,
Y arrojarás tu manto, el manto del profeta
Y al volver a la tierra serás como todo hombre.
Te verán personas ingenuas y no te reconocerán
Y yo, tampoco yo agregarè dolor a ese pueblo.
Darè la primavera en su tiempo y bajarè las lluvias
Y florecerá la tierra como en todos los tiempos
Y se iluminarán los cielos y cantarán los campos y los bosques
Y vendrás a los bosques y cantarás con los pájaros
Y saldrás a los campos y soñarás con las espigas
Y orarás y te alegrarás con cada rayo dorado
Y con cada ola que pase reirás
Con el placer de tu alma y la sed de tu corazón
Y cuando vengan a tí los hijos del melancólico pueblo
Y te pregunten ¿qué es la risa que brota de tus labios?
Les contestarás diciendo: porque seréis la risa y el oprobio
De toda la tierra

E hice como me fue ordenado. Y me llevó el viento
A un lugar de peñascos y de colinas y de fuentes
Las colinas estaban cubiertas de cereales y árboles frutales
Crecían en abundancia. Y bebí de las puras fuentes originales
Y entre las eras caminé y comí las frutas
Y fué como ciervo enviado a los perfumados montes
Que corre y salta entre colina y colina
Y entre peñasco y peñasco.

Y al final de días, fue la palabra del Señor a mí otra vez!
Sal a los caminos y a cada joven valiente y ligero
Que encuentres pregúntale:
¿conoces el canto y el baile?
Y si te contesta no los conozco, dile:
Ve y aprende, porque yo traigo el mal sobre la casa de Israel
Y así le diréis: No seáis como vuestros padres,
Moradores de Judea, y no caminéis por sus sendas
Salvad vuestra juventud y la alegría de vuestros corazones
De la ruina.
Y arrojaréis vuestra risa al aire por el pueblo sombrío
Y a la faz del enemigo
Y con cánticos y danzas saldréis a la guerra
He aquí que yo levanto en Israel una generación
De hierro y cobre, que no conocerá lágrimas
Ni suspiros, generación de tempestad
Nacida en el desierto, orgullosa y cruel
Y en sus alas oculta la rebeldía
Y los temerán todo el que se arrastra y vuela
Y buscarán refugio. Todas las nubes del cielo temerán
Destruirla y pasará por la tierra con
Cánticos de salvación y danzas de señorío
Y despertarán a todos los muertos.

Poesia Combativa
Página 10